Soy estudiante de matemáticas. Sí, es verdad y no, no soy masoquista, pero sí, realmente duele mucho. Centrarme en las matemáticas durante mi carrera estudiantil me ha forzado a reflexionar mi educación de matemáticas desde el primer día. Naturalmente, la manera en como me han enseñado matemáticas se ha transformado drásticamente, desde contando galletas a una bestia con símbolos y letras. Pero para mí una cosa sigue igual: las matemáticas no se enseñan bien, especialmente en los Estados Unidos.
En este caso, empieza con la mentalidad en vez de con el contenido (algo que explicaremos más adelante). El pensamiento común de “solo las personas muy inteligentes hacen matemáticas bien” es erróneo y peligroso. Es implícito y explícito tejido en la fibra de la pedagogía moderna, sembrando semillas de dudas e inseguridades en la mente de estudiantes. En vez de poner el esfuerzo para trabajar más duro y mejorar, los estudiantes se sienten desanimados cuando ven a los pocos seleccionados para los “dotados y talentosos programas” o cuando reciben felicitaciones y adulaciones consistentemente.
En el momento en el que enseñas algo como inherente, en vez de algo que es capaz de ser adquirido, permites que la semillas de la desigualdad crezcan. En una edad joven, los estudiantes no deben de tener ideas preconcebidas de que algunos estudiantes son simplemente más inteligentes que ellos. Esta idea predica jerarquías en las esferas sociales, profesionales y económicas de la sociedad.
Al mismo tiempo, es un importante prefacio de que la distribución normal es algo real. Hay personas que son más pobres, personas que son más ricas, coeficiente intelectual alto, coeficiente intelectual bajo, estatura alta, baja — queda claro. Y sí, los estudiantes que son más inteligentes que obtienen los mejores resultados en el aula deben de ser recompensados por sus esfuerzos, pero en esta etapa es importante asegurar que cada estudiante tiene la misma oportunidad tanto en participación como en tener éxito en el ambiente del aula. Los niños aprenden rápido, entonces van a aceptar eventualmente estas contradicciones.
Estas demarcaciones y divisiones acaban causando problemas en la educación de las matemáticas. Solo en los Estados Unidos separamos la matemática en un montón de clases separadas por ejemplo álgebra II, pre-cálculo, trigonometría, etc. El problema aquí está en que hay estudiantes que los colocan en diferentes secciones y corren el riesgo de perder su conocimiento en otras áreas de las matemáticas y esto es definitivamente una deficiencia seria porque la matemática es un campo de estudio altamente simbiótico donde todas las piezas del rompecabezas son esenciales. Más allá de las matemáticas, es importante tener un entendimiento holístico de cualquier estudio que aprendas en la escuela, por lo menos hasta nivel universitario.
La triste verdad es que la educación americana de matemáticas produce más de un conocimiento pobre de las matemáticas; desarrolla disparidades de largo alcance que causa grupos sociales en todo niveles de las clases sociales. Necesitamos crear un cambio serio en la percepción que los educadores tienen sobre la enseñanza de las matemáticas. Es más decir y hacer lo que es justo en vez de distribuir millones de dólares a diferentes recursos. Necesitamos decirle a todos los niños que son capaces de hacer un buen trabajo y tenemos que asegurar que el ambiente en las aulas son positivos y que conducen al crecimiento y aprendizaje en vez de al miedo al fracaso.
La mayoría de la gente que lee esto ha estado probablemente en el sistema k-12 y saben cómo es estudiar matemáticas durante 12 años. La pregunta es: ¿Cómo pueden los estudiantes universitarios asegurarse de que las generaciones futuras no sufran las mismas fragilidades y falacias que padecimos? Es importante que tratemos todos los temas durante la cena. Simplemente hablando con nuestros hermanos(a) menores, primos, o quien sea es más de lo necesario. El momento en el que enseñamos a los niños que ellos sí pueden tener éxito, ese es el momento en el que creamos una sociedad más igual y próspera.
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