Está bien perder amigos. Ahora, esto puede ser una opinión controversial para algunos, pero me he dado cuenta de que mantener ciertas amistades puede ser más estresante y agotador que beneficioso.
Siempre he sido alguien que odia perder a otros. Soy muy sentimental. Me aferro a las personas, la idea de quienes son, y los buenos momentos que compartí con ellos mucho más de la parte de mi vida en la que me hicieron un bien. A lo largo de mi tiempo en la universidad, he descubierto que no todas las amistades están hechas para durar una eternidad. A pesar de que las películas de Hallmark predican algo distinto, he visto a muchas amistades comenzar y terminarse naturalmente con el tiempo. Mientras que esto puede ser doloroso y difícil de aceptar, para poder ser una buena amiga para todas las personas que me importan, no me puedo esforzar en mantener o reparar amistades que ya no me benefician.
Entrar a la universidad después de la escuela secundaria fue la primera vez que aprendí la importancia de estos sentimientos. Tenía muchos amigos en la escuela y frecuentemente me encontraba entre varios grupos de amigos, debido a que participaba en distintas clases, extracurriculares y deportes. Si bien disfrutaba pasar tiempo con todos mis diferentes amigos en la escuela, me di cuenta una vez entré a la universidad, que era mucho más difícil mantenerse en contacto con todas estas personas, e incluso encontrar el tiempo para verlos cuando regresaba brevemente a casa durante las vacaciones. No tenía ningún problema con ninguno de estos amigos, pero simplemente nos distanciamos por la falta de tiempo y de comunicación constante, como pasaba en la escuela secundaria. En algunos casos, parecía que era la única que continuaba iniciando el contacto con estos amigos, y a algunos no los había visto en meses o años. Eventualmente, se volvió cansado e incluso estresante intentar mantener amigos que no estaban poniendo el mismo esfuerzo que yo.
Ahora con el fin de mi último año acercándose rápidamente, me encuentro en un predicamento similar. Disfruto pasar el tiempo con mis compañeros de clase y las personas que he conocido durante mis cuatro años en la universidad, pero es poco realista asumir que voy a mantener todas las conexiones que he hecho en la universidad después de graduarme. La mayoría de mis compañeros de clase y yo vamos a estar juntos en la graduación, compartiremos recuerdos y luego partiremos en caminos distintos sin nada más que un adiós nostálgico. Muchos se mantendrán en contacto después de la graduación, pero otros no lo harán. Sentir la distancia entre las personas que fueron una gran parte de mi experiencia universitaria es triste, pero es un sentimiento muy común que muchos tendrán que enfrentar. Es perfectamente normal no ser capaz de mantener el mismo nivel de conexión con tus amigos de la universidad después de graduarse, cuando ya todos tienen sus propias carreras, y sus vidas fuera de Amherst.
Frecuentemente hay mucha presión por mantener “viejas amistades” simplemente porque han durado mucho tiempo. Sin embargo, el valor de una amistad evoluciona constantemente. Un amigo que conocí la semana pasada podría convertirse en uno de mis mejores amigos, mientras que un amigo que conozco desde segundo grado podría estar completamente distante y sin conexión con mi yo del presente. El factor más importante en mis amistades es si la otra persona añade un beneficio a mi vida. Mientras que me encanta ponerme al día con viejos amigos con los que he perdido el contacto, he parado de intentar forzar conexiones con otros o perseguir amistades unilaterales.
Si tus amigos del pasado no están dispuestos a crecer y evolucionar como tú, entonces esa amistad no vale la pena tenerla. Es inútil poner una amistad en un pedestal simplemente porque comenzó antes que otras. Tomar la decisión de dedicarle energía a una amistad que encaja con tu estilo de vida y mentalidad actual va a darte más tiempo para cultivar nuevas relaciones y experiencias con otros. Los amigos verdaderos a quienes les importas y que ponen el esfuerzo en su amistad, van a continuar haciéndolo.
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