Traducido por Eliezer Diaz-Ortiz
Editado por Celia Rodríguez-Tejuca
Desde los sueros anti-envejecimiento hasta las mascarillas y tratamientos para el acné, el valor de la industria del cuidado para la piel en los Estados Unidos se estima llegará a los $180 billones para el año 2024. Estadounidenses de todas las edades invierten en productos para el cuidado de la piel y valoran el tener una piel juvenil y sana. Cerca del 85% de los adolescentes sufren de acné y todos tienen métodos diferentes para tratarlo. Mientras que los lavados faciales, la exfoliación, las mascarillas y nuevos métodos, tales como la terapia con luz, pueden ser opciones a considerar, ha habido muchos estudios que exploran las causas del acné – incluyendo nuestra alimentación.
Las teorías y creencias que relacionan al acné con la alimentación han estado circulando desde 1949. Entender cómo la alimentación afecta nuestra piel tan solo no es preventitivo, efectivo en términos de costo y más conveniente, sino también ayudaría a las personas a tener más cuidado con su alimentación. Se han conducido muchos estudios para desenredar una teoría muy conocida que señala a los productos lácteos como grandes contribuidores para el desarrollo del acné. Esta es una de las creencias más comunes. Aún así, todavía es una hipótesis en desarrollo.
Hay evidencia creciente y estudios epidemiológicos que sugieren que el acné y los productos lácteos podrían tener algún tipo de asociación, aunque sería incorrecto decir que los productos lácteos por sí solos causan el acné. Un estudio llevado acabo en 1996 con niños y niñas de edades entre nueve y quince años comparó el consumo de leche de vaca y el desarrollo del acné.
Información alimenticia fue recolectada en 1996 y 1998, la cual incluyó alto consumo de productos lácteos (dos o más porciones de leche al día) así como bajo consumo (una porción por semana o menos). Luego se evaluaron los resultados de ambos grupos en 1999 y se encontró una asociación positiva entre la leche de vaca y el acné.
Un estudio más general coordinado en 2005 encuestó a 47 355 mujeres acerca de su alimentación durante la escuela secundaria en 1998, preguntando si un médico les había diagnosticado o no con acné severo. También se encontró una correlación positiva entre el consumo de leche entera y el acné (incluso más que la leche descremada).
Los investigadores creen que puede haber una correlación entre las hormonas y las moléculas bioactivas que contiene la leche. Estas hormonas son precursoras de estrógenos, progesterona y andrógenos que posiblemente reducen ciertos esteroides en el cuerpo y hacen que los poros se obstruyan más fácilmente.
Si bien estos estudios parecen muy convincentes, y se pueden encontrar muchos más, la Academia Estadounidense de Dermatología reconoce que solo hay asociaciones débiles, aunque posibles, y que aún se debe explorar el asunto más a fondo. Aunque los productos lácteos podrían tener un ligero impacto en la apariencia de la piel; también hay muchos otros factores, tales como la genética, las hormonas, la edad y el estrés.
Mientras que los productos lácteos parecen recibir la mayor atención del público, muchas personas no saben que existe una asociación más fuerte entre el acné y los alimentos ricos en carbohidratos. La investigación sobre diferentes factores alimenticios muestra que existe una relación más general entre la alimentación y el acné; aunque ciertos componentes de la alimentación (como los lácteos) aún necesitan mayor especulación. Es importante que el público entienda que el acné no puede tratarse o “arreglarse” solo con la alimentación y que las restricciones alimenticias pueden no ser las mejores para todos.
La Dra. Whitney Bowe, experta de la Academia Estadounidense de Dermatología, aconseja a los pacientes preocupados por su acné que sean conscientes de que su alimentación podría ser un factor. Llevar un diario de alimentos consumidos o estar al tanto de los alimentos que podrían causar un brote de acné, es la mejor manera de distinguir lo que puede estar causándolo. El cuerpo y la piel de todos son diferentes, y es importante tener eso en cuenta. Un cambio en la alimentación es solo parte de un régimen de la piel y generalmente se incorpora junto con otras terapias médicas recetadas por un dermatólogo.
Si bien la relación entre los lácteos y el acné no es un hecho completamente probado, no podemos refutar que haya una asociación positiva. Si tienes problemas con el acné y piensas que los productos lácteos pueden empeorar tu piel, habla con tu dermatólogo sobre los diferentes tipos de alimentación para ver qué podría funcionar mejor para ti.
Ally Littlefield puede ser contactada en [email protected]