Unos 30 centímetros de nieve recién caída no impidieron la participación de estudiantes locales en una huelga nacional contra la violencia armada en las escuelas, el pasado miércoles 14 de marzo. Millones de estudiantes en todo el país mostraron su apoyo −y oposición− al paro nacional escolar #ENOUGH. Algunos grupos de manifestantes permanecieron en silencio durante 17 minutos en honor a los muertos en el tiroteo de una escuela en Parkland, Florida, mientras que otros compartieron sus criterios sobre el tema.
Según el programa de los manifestantes, “los estudiantes y sus aliados están organizando una huelga escolar en todo el país para exigir que el Congreso apruebe una legislación para mantener la seguridad, ante la violencia armada, en nuestras escuelas, calles, hogares y lugares de culto.”
El movimiento tomó fuerza tras el tiroteo en la escuela Marjory Stoneman Douglas High School el mes pasado.
Los líderes estudiantiles en Easthampton, de más de media docena de clubs escolares, se
reunieron con el director Kevin Burke para discutir su plan de acción.
“Ellos compartieron conmigo lo que querían hacer: salir a un área identificada, permitir los discursos de los estudiantes y hacerlo de manera que pudieran ser apoyados por la escuela”, dijo Burke. “Hemos trabajado juntos para identificar un área de fácil acceso para los estudiantes, donde pudieran ser supervisados por la seguridad y que sirviera como espacio para expresar su mensaje.”
En Hadley, estudiantes de la Hopkins Academy se juntaron e hicieron sus declaraciones,
seguidas por un momento de silencio. “Los estudiantes se animaban unos a otros para llegar y hablar con 17 personas con las que no interactúan normalmente”, dijo la Superintendente Anne McKenzie.
Mientras tanto, la Cámara de Representantes apoyó una ley para detener la violencia en las escuelas, STOP School Violence Act. El proyecto de ley permitirá que vayan más fondos federales hacia las medidas de seguridad de las escuelas, y no incluye ninguna medida de control de armas. El proyecto de ley establece que $50 millones por año serán destinados para armar a las escuelas con detectores de metales y guardias de seguridad, así como para entrenar a profesores y estudiantes en la prevención de la violencia.
Antes de que se aprobara la ley, los demócratas añadieron una estipulación para evitar que los fondos sean utilizados para armar a los maestros y entrenarlos a usar armas de fuego.
Desde la Cámara de Representantes, Paul Ryan hizo una declaración después de la votación, diciendo: “La ley [STOP School Violence Act] adopta un enfoque multifacético que ayudará a prevenir la violencia escolar antes de que suceda.”
La medida fue propuesta por los representantes republicanos: Steve Chabot (OH), Kay Granger (TX), Rodney Davis (IL), Luke Messer (IN), Mike Bost (IL), Mike Coffman (CO) y Susan Brooks (IN). Pasó con un triunfo arrollador de 407-10 votos.
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