“La Monja,” la quinta película en el increíblemente popular Universo Cinemático de “El Conjuro”, se centra alrededor de uno de los antagonistas más populares de “El Conjuro 2” de James Wan. Situada a mediados de los años 50, la trama de la película detalla un encuentro con la entidad demoniaca Valek, en un monasterio en las profundidades de un bosque en Rumania.
La película comienza estableciendo la amenaza potencial de Valek. El demonio dispone rápidamente de una de las dos monjas que intentan contener su presencia malvada. Antes de que Valek pueda poseer a la monja sobreviviente, ella decide suicidarse y se cuelga frente la iglesia. La trama de la película comienza cuando un granjero local, Frenchie, descubre a la monja fallecida. Al enterarse de la muerte de la monja, el Vaticano enlista la ayuda del Padre Burke, un cura con un pasado oscuro, y la Hermana Irene, una novicia—una monja que no ha realizado sus votos. Ambos se dirigen hacia el monasterio para determinar la muerte misteriosa de la monja, ignorando al malevolente atrapado en sus paredes.
La monja endemoniada Valek apareció anteriormente en una secuencia de cinco minutos en la película “El Conjuro 2,” la cual usa los rasgos físicos terroríficos del monstruo a su favor. Con las expectativas bastante altas en cuanto al potencial de una película con una criatura genuinamente aterradora, ¿logra la película cumplir con estas expectativas?
Desafortunadamente, no. “La Monja” es una película de terror abismalmente aburrida y genérica.
La película tiene algunas cualidades buenas, la primera siendo la actuación. Los dos actores principales, Demián Bichir y Jonas Bloquet, y la actriz principal, Taissa Farmiga, dan actuaciones bastante respetables considerando el material que recibieron, y con frecuencia eclipsan al villano principal. La segunda, y desafortunadamente última, cualidad recomendable es el escenario y la atmósfera que crea la película. El monasterio oscuro y triste es un ambiente escalofriante y misterioso gracias a su combinación de ruinas desmoronadas y su estética religiosa.
Al final, la película falla en casi todos los niveles fuera de esto. El error más grande de la película es su completa falta de entendimiento de la ejecución fundamental de un susto de película de terror. La película no provoca ningún momento de miedo o si quiera uno de leve incomodo. La carencia en esta área se debe a su dependencia excesiva en sustos súbitos. Esta táctica de terror puede ser extremadamente efectiva si es utilizada correctamente, sin embargo, casi todos los sustos en esta película son predecibles. Sigue exactamente el mismo patrón cada vez, casi como si sus personajes se encontraran en un carril fijo en un parque de diversiones de terror. Las cualidades terroríficas de Valek son eliminadas debido a esto. La película no utiliza su atmósfera inquietante a su favor ni una sola vez y en vez elige usar frecuentes sustos fuertes, caóticos y aburridos. El antagonista en “La Monja” también cae en el estereotipo reciente de películas de terror de no hacer nada que tenga sentido. La película establece temprano que la meta principal de Valek es poseer el cuerpo de una persona viva, pero hace cosas que parecen contradecir su meta. Durante la película, hay una escena donde Valek cambia la realidad para atrapar a un personaje en un ataúd bajo tierra, y sin embargo, le da al personaje una forma de escapar, así poniendo en duda sus intenciones. Si quisiera matar al personaje, y parece que sí tiene la habilidad de hacerlo, ¿por qué darle una manera de sobrevivir? Simplemente no tiene sentido.
Además del irritante uso excesivo de sustos súbitos y de la falta de claridad en cuanto a los poderes y el propósito de su antagonista, la película también tiene errores masivos de narración. Los personajes regularmente estiran la lógica para avanzar la trama y darle exposición a la audiencia. Eso destruye la inmersión en la película porque el público comienza a cuestionar como es que exactamente estos personajes llegan a estas conclusiones basadas en su situación. Por suerte, la película es corta, por lo que las escenas no continúan por mucho tiempo y la película pasa rápido.
Al final, lo único aterrador de la “La Monja” es su potencial desperdiciado.
Tyler Clardy puede ser contactado en [email protected].
Xenia Ariñez es traductora de español para el Collegian y puede ser contactada a través de su correo electrónico [email protected].
Adriana Rozas es editora de español para el Collegian y puede ser contactada a través de su correo electrónico [email protected].