Si quieres un reto, date una vuelta por la selección de platos de cualquiera de los comedores de la Universidad de Massachusetts y encuentra un plato sin cebolla o ajo. Ten en cuenta los riesgos de contaminación cruzada y podrías quedarte atrapado en un gofre o quizás en un sándwich, si las rodajas de cebolla en el mostrador ‘deli’ no se desparraman por el resto de la variedad de verduras.
Para mucha gente, esto no es un problema – la cebolla es un ingrediente popular en muchos platos en una infinidad de tradiciones culturales. Muchas personas disfrutan de la cebolla en varias de sus comidas diariamente.
Aunque no es verdad para todo el mundo. Las alergias a la cebolla son raras pero reales. Aún más comunes cuando las alergias son por intolerancia a la cebolla. Este hecho no es una crisis pública profunda, pero refleja una pregunta fascinante: ¿por qué es tan difícil encontrar comida sin cebolla?
Mucha gente no comería cebolla cruda, pero se puede preparar en una variedad de formas, permitiendo innumerables experiencias con la cebolla – caramelizada, en escabeche, asada o incluso cocinada en pan. Tiene varios beneficios para la salud y antioxidantes, que irónicamente ayudan a luchar contra otras alergias.
Esto ayuda a explicar por qué el ingrediente es tan común en comidas de los cuatro comedores universitarios. La sección de “comida callejera” de los comedores tiene en muchas ocasiones trocitos o pedazos enormes de cebolla mezclados. La comida mejicana es prácticamente seguro que esté cargada de cebolla. Y mientras tú puedes elegir no poner cebolla y ajo en la estación de salteados, muchas veces requiere sacar trozos de cebolla de los contenedores de verdura adyacentes.
Por lo que sé, la reacción de mi cuerpo a las cebollas puede ser descrito como intolerancia, no como alergia. En el peor de los casos es una molestia para mi. Pero, ¿qué pasa si es algo más serio para otros estudiantes? ¿No deberíamos ser mas conservadores con el uso de la cebolla? Y además, ¿qué otra comida llega a estar en casi todos los platos sin queja alguna? Incluso alguien que detesta la cebolla por mera preferencia tiene el argumento de que su omnipresencia no está justificada.
El uso excesivo de la cebolla tampoco es solamente un problema de UMass. El mercado de cebolla deshidratada en polvo, que tiene ya vida propia, está en aumento. Como producto de larga duración y barato, los productores ponen polvo de cebolla en varias meriendas y comidas precocinadas. Es muy popular en productos secos salados como patatas fritas, incluso si el sabor no está relacionado con la cebolla.
Mientras que el allium no es tan común como otros alérgenos como las nueces, es un testimonio de las dificultades de control de alérgenos en los comedores. La contaminación cruzada es un obstáculo importante, con cucharas, cuchillos y pinzas que se reutilizan por las masas. Las bandejas generalmente se enjuagan antes de reutilizarse, pero eso no es suficiente para personas con alergias más serias. UMass Dining trata de etiquetar la comida y ofrecen obtener muestras limpias para personas que requieren comidas especiales, y esos son pasos excelentes. Sin embargo, esas preocupaciones pueden quitarle mucho tiempo cuando los estudiantes y los trabajadores de los comedores tienen prisa para continuar con su día a día.
Entonces, ¿qué se debería hacer con el dilema de la cebolla? Las cebollas son un ingrediente popular, por lo que nadie está abogando por una prohibición de la cebolla o quitar los platos favoritos con cebolla de la mesa. Más bien, propongo que los comedores disminuyan el uso de la cebolla. No debería usarse como un ingrediente esencial en cada comida caliente – debería de haber opciones para aquellos que no pueden o no quieren tener cebolla en su plato. Es más, las cebollas deberían controlarse adecuadamente de la misma forma que otros alérgenos potenciales. Los amantes de la cebolla no se sentirán decepcionados si uno de cada cinco platos no contiene cebolla, y para otros, sería un gran alivio.
No son solamente las cebollas. Hasta que encontremos por qué las alergias están en aumento, la seguridad de alérgenos alimentarios en espacios muy frecuentados es de extrema importancia para un centro con miles de estudiantes, donde cualquier tipo de alergia tiene la oportunidad de ser encontrada.
James Mazarakis puede ser contactado a través de su correo electrónico [email protected] .
Álvaro García es traductor de español y puede ser contactado a través de su correo electrónico [email protected].
Adriana Rozas es la editora de español y puede ser contactada a través de su correo electrónico arozas@umass.edu.