Por mucho tiempo, las celebridades han sido modelos a seguir para los niños y ciudadanos en los Estados Unidos y el mundo. Las celebridades son imágenes perfectas de lo que la gente quiere ser, y aún así nunca son perfectos; cometen errores como tu y yo. Pero algunos errores son más que solo errores—a veces, rompen la ley. Y se asume que, si alguien rompe la ley, deben pagar por sus acciones. Prácticamente todos saben el dicho, “no cometas el crimen si no puedes con la condena.” Así que, ¿por qué no aplica esta misma rima a las celebridades? Cometen el crimen, pero casi nunca pueden con la condena.
Es bien sabido que las celebridades han estado cometiendo crímenes y obteniendo poco más que una palmada en la muñeca por sus acciones durante muchos años. Toma el caso de Ted Kennedy y Chappaquiddick en 1969. Kennedy condujo su auto fuera de un puente y se fugó de la escena, pero el no llamar a la policía selló el destino de su pasajera, Mary Jo Kopechne. Él no reportó el crimen hasta las 10 a.m. del día siguiente, poco después de que el cuerpo de Kopechne fuera encontrado. Kennedy podría haber sido acusado de homicidio involuntario vehicular, pero en su lugar fue acusado y se declaró culpable de fugarse de una escena del crimen, por lo que no cumplió una condena. En vez, se le prohibió conducir.
Consideren un caso más moderno: entre el vasto número de celebridades que han cometido crímenes, Justin Bieber es notable por sus múltiples ofensas. Bieber tiene una larga lista de delitos por los que nunca pagó, incluyendo uno en Miami el 2014. Estaba bajo la influencia de múltiples sustancias y mientras hacía carreras contra de un Ferrari en su Lamborghini y cuando fue detenido, Bieber no cooperó con los oficiales de policía y fue arrestado. Bieber se declaró culpable de resistir arresto y de conducción descuidada, pero fue liberado de prisión después de pagar una fianza de $2,500.
Otro ejemplo de este ciclo de trato injusto entre ciudadanos de clase trabajadora y celebridades ricas es el escándalo reciente con Felicity Huffman. Del caso de las admisiones universitarias u “Operation Varsity Blues,” Huffman, juntos con muchos otros, fueron acusados de fraude de correo. Según el “El Capítulo 63 sobre el Fraude de Correo y otras Ofensas Fraudulentas del Código de E.E.U.U,” el fraude de correo es una ofensa federal con una sentencia máxima de 30 años con multas pesadas. Pero Huffman, quien se declaró culpable al cargo, solo recibirá una sentencia máxima de 10 meses en prisión, si es que va a prisión. En vez de la prisión, puede que le permitan servir su sentencia en casa usando un monitor de tobillo. Según Dmitry Gorin, un juez puede decidir seguir libremente la ley. Dado que Huffman se declaró culpable al cargo, y es el primer cargo en sus antecedentes criminales, la baja sentencia puede ser explicada hasta cierto punto.
Pero incluso si Huffman va a prisión por un periodo corto de tiempo, ¿qué significa eso para el resto de América? Basado en los ejemplos de muchas otras celebridades y gente de poder saliéndose con la suya, debería estar bien para que los ciudadanos comunes hagan lo mismo. ¿Por qué la ley solo aplica a todo América menos a las celebridades y a la clase alta? Nuestro país fue fundado sobre una base de leyes y principios que fueron hechos para ser seguidos. Deberían aplicar para todos los ciudadanos, no solo al ciudadano promedio.
Entonces, ¿cómo es que las celebridades se libran tan fácilmente? Tienen recursos y conexiones que el ciudadano promedio no tiene. Tienen el dinero para costearse abogados de gama alta que pueden sacar a alguien de casi cualquier acusación. Al mismo tiempo, debido a su fama, puede que tengan la posibilidad de pedir un favor o usar conexiones para sacarlos de esos crímenes. También la pequeña posibilidad de que las celebridades puedan sobornar ya sea al juez o al jurado. Pero la mayoría de las cosas de esta naturaleza están tras puertas cerradas, así que nunca tendremos una respuesta clara de por qué las celebridades pueden caminar libres sin castigo.
Es exasperante ver que las celebridades obtengan un mejor trato y castigos menores por crímenes que un ciudadano promedio. Pensando en los ejemplos, si las celebridades acusadas no fueran celebridades, habrían sido acusadas igual que el resto de nosotros. Si el ciudadano promedio fuera a ser acusado con asesinato involuntario vehicular bajo la influencia en Massachusetts, de lo que posiblemente podrían haber acusado a Ted Kennedy, el ciudadano se enfrentaría a un mínimo de cinco años en una prisión estatal, una multa de $25,000 y una pérdida de licencia de 15 años. Pero, como Kennedy era parte de una dinastía de personas de influencia y tenía un nombre famoso, se salvó fácilmente. Lo mismo va para Bieber. Si no fuera por su carrera musical, habría servido una sentencia de seis meses. El doble standard en el que las celebridades y el resto de América son castigados necesita ser reformado. Las celebridades no están sobre la ley y deberían pagar el precio completo por sus acciones.
Nicole Biagioni es una columnista del Collegian y puede ser contactada a través de su correo electrónico [email protected].
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Adriana Rozas es la editora de español y puede ser contactada a través de su correo electrónico [email protected].